Cualquier emprendedor, sea novato o no, cuando pone en marcha un nuevo negocio, está muerto de miedo, y quien diga lo contrario miente. Todos tenemos miedo de perder el dinero pero, como bien dice el refrán, “quien no arriesga no gana”. Además, quién me iba a decir a mí que mi hijo, de 23 años, iba a tener éxito con la loca idea que había tenido. Y ahí está… Dos años ya en la cresta de la ola. Ha montado una empresa en la que compra cordelería a
cuerdasvalero.com, una empresa de gran reputación, a quien le compra kilos de cuerda de cordones, así, como suena, el típico cordón de colores de zapatillas deportivas, y con ellos fabrica diversos objetos de decoración estilo jipis.