En negocios en los que los servicios que se prestan son diversos se tiene que prestar atención a muchos factores que no son fáciles de reconocer. Si tomamos como referencia el sector de las residencias universitarias, vemos que se ofrecen no solo los servicios de hospedaje, sino también los de comedor, lavandería, gimnasio…
Esta complejidad de servicios requiere de varios equipos que dirigir y atender, el equipo de cocina, de limpieza, recepción y demás servicios complementarios. Que estos servicios se presten de manera adecuada requiere una planificación integral que va más allá de un mero horario.
Es por eso que tienen tanto valor las residencias de estudiantes universitarios que llevan muchos años trabajando, como es el caso de la Institución Divino Maestro, una fundación benéfico-docente promovida y patrocinada por el Arzobispado de Madrid desde el año 1927, que ofrece una gran cantidad de servicios que hacen que la estancia en esta residencia sea toda una experiencia para los estudiantes.
Pero también hay complicaciones en otros sectores y las soluciones no siempre se ven claramente. La consecuencia de no encontrar soluciones a tiempo genera graves para cualquier empresa, pues la dilatación en el tiempo supone la generación de daños a diferente escala que acaban repercutiendo en los beneficios.
Pero más allá de los beneficios, que como en todo negocio importan, lo que tenemos que precisar es que es más importante una buena gestión a un medio largo plazo, que tener éxito a corto plazo sin planificar cómo va organizarse la empresa en diferentes aspectos, como el comercial o el financiero.
Pongamos un ejemplo que muchos sabrán, durante los años de crisis muchas empresas se quedaron sin dinero líquido, ya que muchos de los cheques, descuentos y facturas quedaron impagados por la crisis de otras empresas, y es bien sabido que los bancos no daban dinero precisamente porque ellos mismos también andaban justos de liquidez.
Muchas empresas se fueron a la quiebra precisamente porque no tuvieron opción alguna de evitar que los costes financieros. Pero también las quiebras y concurso de acreedores llegaron por no saber adaptar las estructuras empresariales así como los procesos de producción al nuevo estilo de negocio de la crisis. Vamos a ver qué otros aspectos de la gestión empresarial hay que tener en cuenta.
Prestar atención a los detalles te ahorrará sustos
Vamos a empezar hablando de las claves relacionadas con la estrategia. Debes valorar tu capacidad de fijar una estrategia centrada y acorde a tus posibilidades, de planificar y organizar su puesta en práctica y de actuar con la suficiente flexibilidad para corregir errores y adaptarte a las enseñanzas del mercado.
Las claves relacionadas con la gestión comercial son vitales. Sin duda la base de un negocio de éxito es que consiga vender. Para ello hay que partir de un conocimiento exhaustivo y “real” del cliente y adaptar el producto en consecuencia. Además, conviene tener muy presente a la competencia para tratar de hacer algo diferente y conseguir alguna ventaja competitiva. Con esas premisas será más fácil acertar con las acciones de marketing, especialmente con las de marketing online y engagement del cliente. Por último, hay que mantenerse siempre alerta ya que los mercados cambian.
Una buena gestión financiera te ahorrará muchos problemas. Debes prestar mucha atención a la liquidez y gestión de tesorería de tu negocio. Igualmente, debes conseguir una financiación adecuada a las necesidades y el potencial del negocio, lo que últimamente está resultando especialmente difícil. Una buena relación con los bancos sin duda ayuda y es algo que debes trabajar. Y por último debes gestionar adecuadamente tus recursos.
La gestión de los recursos humanos ayuda a la productividad, delegar te dará más tiempo para centrarte en lo importante. No suele ser bueno que el autónomo realice todas las tareas de su negocio. Si trabaja como profesional independiente o freelance, será importante que cuente con buenos colaboradores, como por ejemplo una asesoría y otros profesionales especializados que le complementen. Y si su negocio alcanza una cierta dimensión y cuenta con personal, deberá tratar de crear equipo, implicarle, formarle y cuidarle.
Por último, presta atención al área productiva. Debes reflexionar sobre tres cuestiones: grado de calidad y satisfacción del cliente, productividad interna y nivel de aprovechamiento de las tecnologías. Hacer bien las cosas no siempre es tan fácil como parece, especialmente en grandes cantidades.