Para que la gestión de una empresa sea la correcta y existan opciones reales de conseguir una productividad eficaz y beneficios de manera continua, tiene que haber una correcta gestión de los recursos humanos de los que se compone esa empresa. Las personas son lo más importante en lo que respecta a una organización y, desde luego, tienen un papel muy relevante a la hora de conseguir los objetivos que cada año se fijan en los gabinetes directivos de las compañías. Por mucho que vivamos en la era de la tecnología, sin las personas sería completamente imposible que cualquier proyecto saliera adelante.
Todo lo que esté enfocado a mejorar las condiciones de las personas en el seno de las empresas es una apuesta clara por mejorar la eficiencia en cualquier entidad con ánimo de lucro. Y es cierto que, en las últimas décadas, se ha trabajado para conseguir esas mejoras desde diferentes ámbitos. Una de las mejoras que más relevantes han resultado ser en los últimos años ha sido la del fichaje que marca la jornada de trabajo. Durante mucho tiempo se ha producido una irregularidad entre las horas que se trabajaban y las que realmente se cobraban. Y era hora de cambiar esta tendencia.
Fijaos en la cantidad de gente ocupada que se encuentra en España. Os hemos dejado enlazado el gráfico publicado en el portal web Statista, un gráfico que muestra todo lo sucedido en el intervalo 2010-2022 y que muestra que siempre ha habido entre 17 y 19 millones de personas con trabajo en el interior de nuestras fronteras. Si todas esas personas trabajaran más de la cuenta de manera habitual, imaginaos la cantidad de horas sin pagar que se quedarían en el limbo al cabo de un año. No es justo que así sea y para eso llegó el registro horario obligatorio.
Pero, claro, hay quien todavía no ha cumplido con todo lo que tiene que ver con esa nueva legislación. Así las cosas, no nos extraña que en el portal web Nueva Tribuna se comentaran algunas de las sanciones interpuestas a los empresarios como consecuencia de alguna irregularidad en el registro horario obligatorio que existe en su empresa. Y seguro que no se caza a todo aquel que no cumple con esto, ya os lo podemos asegurar. Aunque se han interpuesto miles de multas a empresas por este tipo de motivos, todavía queda mucho trabajo por hacer para acabar con injusticias ligadas al horario en el ámbito laboral.
Las cosas que se hacen bien, bien acaban y buenos beneficios generan. En la mente de un emprendedor, esto debería estar grabado a fuego. Y precisamente por eso es idóneo cuidar del horario de los trabajadores y las trabajadoras para que no tengan que pasar parte de su tiempo libre realizando actividades propias de su jornada laboral. Si es inevitable, lo suyo es que, al menos, se cobren. La ley que regula el registro obligatorio de la jornada laboral hizo que algunos empezaran a tomarse este asunto en serio, según nos dicen desde Kairos HR, pero todavía hace falta seguir creciendo en este sentido.
El registro horario en papel se tiene que acabar
Una de las cosas que peor funcionan en relación al registro horario de la jornada laboral tiene que ver con el hecho de que se siga realizando ese registro, en algunos negocios, en papel. Esto, como seguro que muchos y muchas estaréis pensando, genera muchas irregularidades porque lo que se apunta en ese papel no siempre es real. ¿Cuántas veces apuntamos que salimos a nuestra hora y, realmente, estamos saliendo más tarde de lo que correspondería? Por desgracia, esa tendencia es bastante habitual en España.
¿Qué es lo que falla en España para que se cometan tantas tropelías contra el horario de trabajo de un empleado o empleada? En otras zonas del mundo (Europa Central o Escandinavia son un buen ejemplo de ello) no hay tantos problemas en este sentido. Pero en el sur de nuestro continente, en países como España, Portugal, Grecia o Italia, esto es mucho más habitual de lo que nos gustaría reconocer. Se trata de un aspecto cultural y que tiene pocas opciones de cambiar.
Hay mucho camino por recorrer para conseguir que las personas sigan ganando derechos en materia laboral. Ese es el propósito que hay que seguir y que hará que las empresas de este país crezcan al nivel que se espera de ellas y al nivel que les permita competir con las entidades del resto del continente. ¿Acaso no es ese el objetivo que se persigue desde todos los gabinetes directivos de las empresas? ¿Por qué no pensar que, de este modo, se puede crecer a nivel institucional?