Dentro del mundo del motor, la tecnología despunta cada vez con mayor fuerza. Mucho ha llovido desde que se inventó el coche y desde que se arrancaba el motor dándole a la manivela. Ahora contamos con una extensa gama de vehículos de todo tipo, para todos los gustos y de todos los colores.
Menos en el sector del taxi, que los colores son los que son y vienen determinados por la compañía. Hablando con nuestros amigos de Taxi Santa Pola, nos ha surgido una pregunta: ¿qué vehículo es el preferido de los taxistas? Para algunos, el mejor taxi es un modelo híbrido en tanto que para otros, un vehículo de siete plazas es más versátil.
Puesto que el sector, se haya en medio de una guerra directa con la competencia que suponen las compañías de transporte como Caby o Uber, los vehículos de elección y preferencia de los taxistas, son de gama superior a los que se utilizaban hace unos años.
Es de sobra sabido que si los taxistas utilizan un vehículo en concreto, es porque sus prestaciones, durabilidad y características lo convierten en uno de los coches que mejor rentabilidad ofrecen. La amortización se alcanza antes y los riesgos de avería son reducidos.
Es el caso del Soda Octavia que fue durante muchos años, el taxi por excelencia. Su conducción, bajo consumo y prestaciones lo convertían a ojos de los expertos en la mejor opción.
Actualmente, Toyota es el líder para el gremio. Tanto es así que la propia marca, ofrece una gama de vehículos dirigidos al sector. Desde el Prius, híbrido de fácil conducción, máxima seguridad y bajo consumo hasta el Proace Verso, con mayor número de plazas.
Requisitos para un taxi
Dentro de la ya citada variedad de vehículos que pueden convertirse en taxis, la ciudad o localidad donde se vaya a trabajar con él, influyen en las características necesarias que debe poseer el vehículo.
Varios factores deben ser tenidos en cuenta a la hora de invertir en la compra de un vehiculó cuando es para uso particular. Esos factores se incrementan cuando el coche va a ser, además, tu herramienta de trabajo.
En primer lugar, el vehículo, debe cumplir con las normativas correspondientes y aplicables por cada ciudad o país. Es fundamental adquirir un coche que este en óptimas condiciones, que sea cómodo y se adapte al cliente que pretendes tener. Es decir, si pretendes llevar pequeños grupos, deberás optar por un vehículo que disponga de varias plazas. En el caso de pretender mover el taxi por zonas de mayor poder adquisitivo, deberás invertir en un coche de la más alta gama.
Una de las características más tenidas en cuenta, es la comodidad que ofrece el interior del vehículo. Más que el que sea un modelo con un bonito diseño exterior, aquí como en todo, lo que cuenta es el interior. Amplitud, comodidad, espacio para moverse y no tener que ir todo el trayecto encogido.
Que cuente con un buen sistema de control de la temperatura y unos asientos confortables, son elementos fundamentales con los que hay que contar. El interior del vehículo es tan importante para el taxista como para el cliente. Tiene que ser fácil de conducir y proporcionar una experiencia agradable al pasajero. Cierto es que la forma de conducir del propio taxista, es vital en este punto, pero a algunos vehículos, cuesta cogerles el punto.
Otro factor muy relevante para el sector del taxi, es encontrar vehículos que sean responsables con el medio ambiente. En la medida de lo posible, que eviten contaminar más de lo necesario. Los modelos híbridos son muy demandados en el sector. Su bajo consumo y la disminución de emisiones que emiten estos vehículos, lo hacen ideales para los taxistas más verdes. No es difícil comprobar esta tendencia en las calles de las ciudades, vehículos híbridos al servicio del taxi y el ciudadano.
Para aquellos que van a dedicarse a transportar viajeros con un elevado nivel adquisitivo o que se mueven directamente en zonas más pudientes, contar con un vehículo de altas prestaciones y marca más lujosa, puede resultar la clave de su éxito. Los clientes más exigentes gustan de coger un taxi de alta gama, con tapicería de piel y acabados de lujo. Esto para el común mortal puede resultar algo indiferente, pero es una realidad que existen usuarios que prefieren coger un taxi de lujo.
Todas estas características con más usuales en las grandes ciudades. Como ya nos comentaban los amigos de Santa Pola, en las ciudades pequeñas, la elección del vehículo es algo más liviana.
Vehículos de elección
Según los datos de los últimos años, los vehículos más demandados por el sector del taxi, suelen cumplir con las características mencionadas. No en vano uno de los más vendidos es el mencionado Toyota Prius. Su bajo costo de mantenimiento, su mínimo consumo y su confort, lo convierten en uno de los favoritos. Mención aparte, la cuestión de ser le hibrido por excelencia. Confiable, seguro y confortable. No da mucha guerra en lo que a averías se refiere y no requiere de un mantenimiento extra.
Otra de las opciones de referencia, en este caso debido a su amplitud, comodidad, los avances tecnológicos con los que cuenta y el espacio de su maletero (ideal para viajeros con maletas), es el Seat Toledo. Versátil a la hora de hacer largos trayectos o llevar varios pasajeros. Sus cuatro plazas están bien diseñadas para que los usuarios no se agobien.
Para aquellos taxistas que gustan de llevar a varios pasajeros y hacer trayectos más largos, un vehículo más grande como el Nissan NV200, acondicionado para llevar pasajeros, es la elección de los profesionales del taxi. No podían faltar los vehículos adaptados para llevar pasajeros con algún tipo de discapacidad física. Coches amplios con puerta trasera corredera y espacio suficiente como para colocar una silla de ruedas, como la mencionada Nissan. Así como otros modelos algo más pequeños, pero por igual amplios y acondicionados para poder llevar a este tipo de personas que también requieren de servicios de transporte.
Con independencia del modelo o la marca que se elija, el coche debe adaptarse al taxista, a sus necesidades y a las de los futuros clientes.