Espacios abiertos, otra forma de entender el trabajo

Nunca olvidaré mi primer día de trabajo en el primer banco en el que me contrataron. Nada más entrar en la oficina me metieron por un pasillo lleno de cubículos a ambos lados lleno de trabajadores con un ordenador, en esa época no era tan habitual los ordenadores, y cuando llegué al mío me sentí como un poco aislado del resto de trabajadores.

Este tipo de método de trabajo en espacios individuales se realizaba debido a que se buscaba intimidad en el trabajo. El tener un despacho más grande era un sinónimo de exclusividad de un estatus en la empresa superior al de los demás. Esto todo ahora resulta gracioso, ya que las empresas están optando por despachos abiertos el lugar de cerrados, cuando tienen que construir nuevas oficinas.

Los despachos abiertos se han impuesto en las empresas, y esta corriente, como veremos más adelante, nació para que el flujo de ideas y el compañerismo se potenciase en los ambientes de trabajo. Las empresas de grandes dimensiones que albergan a muchos empleados en sus oficinas, como es el caso de Google o Apple, optaron por este tipo de espacios en las oficinas para para fomentar la comunicación entre empleados.

En el artículo de hoy vamos a hablar en profundidad sobre el origen y las razones de la creación de un espacio abierto. Claramente, los espacios abiertos están diseñados para funcionar en unos casos y unas situaciones concretas, fuera de éstas es cuestionable su implementación por razones de productividad laboral.

En qué consiste un espacio abierto

Este tipo de oficina fue originalmente concebida en Hamburgo (Alemania), en los años 50, con el objetivo de facilitar la comunicación y el flujo de ideas. Posteriores estudios realizados por equipos de psicólogos, analizando casos concretos, concluyeron que el nuevo espacio era estresante, perjudicial y dañino para los trabajadores. En lugar de unirlos a sus compañeros, los separaba.

Desde entonces, ha llovido mucho y las consideraciones sobre estos espacios también han ido cambiando. Ya no se puede seguir trabajando como se hacía hace dos o tres décadas, no resulta atractivo ni motiva al trabajador. Las empresas tienen el reto de crear espacios de trabajo donde se propicie y se potencie la creatividad y la innovación sea un hecho. Para la reflexión en grupo, un entorno más informal favorece el surgimiento de nuevas ideas.

La concepción del espacio abierto de oficina va unida a la idea de la flexibilidad en el trabajo, sujeta, evidentemente, a los compromisos y responsabilidades de cada trabajador. Cada empleado decide si acude o no a la oficina para trabajar, cuándo y en qué horario. Es, por tanto, un espacio flexible, en el que no hay puestos asignados, las mesas no tienen dueño y no están ocupadas por las pertenencias o papeles de nadie.

Ya no es más importante el que tiene el mejor despacho y el más grande, ahora el trabajo no se mide ni por el espacio que se ocupa, ni por el tiempo que se pasa en la oficina, sino por el rendimiento, por el resultado final. Cada cual organiza su tiempo en función de los compromisos que le implica su trabajo y de la relación, que también su trabajo, marca con el resto.

Espacio abierto es sinónimo de diáfano y, por tanto, sin obstáculos y, precisamente, de eso se trata, de espacios sin obstáculos, en los que no ha de haber barreras que dificulten el trabajo en equipo, el coworking, el trabajo entre equipos multidisciplinares; al contrario, se busca posibilitar el acercamiento, que este sea fácil.

Está demostrado que, si un trabajador ha de recorrer más de 30 metros o trasladarse de planta para comunicarse con otro compañero, lo hará por e-mail, cuando el contacto inmediato podría ahorrar muchos mensajes e, incluso, resolver el asunto de forma inmediata. Ahora bien, este espacio abierto de trabajo ha de convivir con otros espacios necesarios también para: reuniones, videoconferencias, concentración, desconexión, comida, etc. Y para que el trabajador pueda desempeñar convenientemente su trabajo, ha de disponer de todas las herramientas y tecnologías precisas.

Para no salirse del concepto oficina abierta, es necesario que estas salas muestren el interior, y para ello no hay nada mejor que las mamparas de vidrio. Estas son integradas por empresas como Delbin Ineniería, una empresa que diseña, fabrica e instala mamparas de oficina, de vidrio o tablero, en Alicante, Valencia, Albacete y Murcia que ayudan a crear espacios de trabajo prácticos y agradables

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