La cera, arde

La cera arde y nos proporciona luz. Una luz ideal para relajarse o crear un ambiente cálido y agradable. Quien más y quien menos, enciende una vela en algún momento. Aunque solo sea para soplarlas sobre una tarta de cumpleaños.

Su origen milenario, cambió la vida del ser humano, con ellas podían iluminarse cuando caía el sol y la luz de las estrellas no podía iluminar los hogares. En la antigua Roma ya se fabricaban con una base de sebo y en China con grasa de ballena.

Aunque su uso suele ser meramente lumínico, en muchas culturas, poseen un significado místico. Se usan para iluminar a los muertos o celebrar ritos. En las iglesias, siempre hay infinidad de velas.

Dejando a un lado sus posibles significados místicos o rituales, independientemente del color que posean, las velas forman parte del día a día. En mayor o menor medida.

Los expertos en velas de Mas Roses nos cuentan como se pueden hacer velas en casa o que tipos de cera son más convenientes para su uso cotidiano. Como estamos en la era del reciclaje vamos a ver qué podemos hacer con los restos de cera que van quedando por la casa.

Reciclar para volver a iluminar

Reciclar velas es un proceso es sumamente fácil: coges los restos de vela, quitas la mecha y a fundirse a fuego lento. Para ello necesitaras algunos utensilios de cocina como una olla y espátula para remover. Ten en cuenta que lo que utilices para este proceso, nunca jamás de los jamases, deberás utilizarlo para cocinar. Todo material asignado a este efecto, será exclusivo para ese uso.

A parte, necesitaras otros elementos, también fáciles de encontrar: mecha encerada, moldes y una varilla que hará las veces de guía. Los moldes darán a tus velas esa forma que tú quieras. En cuanto a la mecha, ten en cuenta el grosor de la vela que vas a fabricar y con la varilla te ayudarás a colocar esa mecha más fácilmente.

Con todo esto, al lio.

Pones la olla a fuego suave. En ella, introduces todos los restos de vela que has ido almacenando. La fundes totalmente. Si quieres cambiar su color, añades unas gotas de colorante líquido al gusto. Lo mismo con las esencias, si quieres que tengan un aroma especial, puedes añadir unas gotas.

Una vez hecho esto, solo tienes que verter esa cera en el molde o moldes de tu elección. En unos minutos, la cera habrá solidificado. Antes de que se enfríen del todo, es el momento de introducir la varilla para hacer el paso de la mecha, que introducirás desde la parte superior.

¡Ya tienes tus velas recicladas listas para ser usadas!

Que quieres darle otro toque de color sin acudir al colorante, utiliza un barniz. Los hay de una amplia gama de colores y aportarán un toque elegante a tu nueva vela. Para ello solo tienes que remover bien el barniz tras echarlo en un recipiente amplio en el que quepan las velas que vas a tunear. Luego, poniéndote guantes para protegerte de las manchas y demás, coges las velas por la mecha y las introduces. Puedes darle tantas capas como quieras antes de dejarlas secar sobre un papel vegetal.

Ya dependiendo de tu ingenio o gustos puedes adentrarte en el mundo de las velas. Partiendo de cero y sin necesidad de reciclar puedes hacer velas flotantes o con cera de abeja; con gel o cascaras de fruta. Igualmente puedes aportarles toques más personales e introducirlas en tarritos de cristal que puedes decorar. Las posibilidades son muchas y las velas siempre son útiles. Incluso como regalo.

Velas ecológicas

Puesto que hablamos de reciclar velas, no podía faltar este pequeño apartado. Quizá no somos muy conscientes de que la mayoría de las velas se fabrican con parafina. Este material sintético, es muy similar a la cera producida por las abejas. Con la salvedad de que proviene del petróleo y sus procesos químicos.

Para los más concienciados con el medio ambiente, existen tres tipos de velas ecológicas disponibles en el mercado. Cada una con sus particularidades y matices no exentos de debate en lo que a ecológico se refiere.

La vela de cera de soja se obtiene a través de sus semillas y el aceite que se extrae de ellas. Tras someterlo a un proceso de solidificación, se blanquea e hidrogena con calor mediante un catalizador de níquel. Al tener un bajo punto de fusión puede contener elementos endurecedores eso impide darle ciertas formas. Admite muy fácilmente el añadido de pigmentos y aromas naturales.

A pesar de los graves problemas medioambientales y el debate que se genera en torno a la palma, con su cera también se fabrican velas. En este caso, para hidrogenarla, se somete a un proceso extremo de oscilación de temperatura y presión.

Por último, la reina de las velas ecológicas: las de cera de abeja. Esta cera se usa en su estado original, procede generalmente de cultivos sostenibles y siempre se respetan sus propiedades. No se blanquea ni se vuelve rancia con el paso del tiempo. Su llama potente, alta y cálida desprende una luz por igual, cálida. Su punto de fusión es elevado, por lo que no necesita que se le añadan otros elementos.

Alarga la vida de tus velas

Con estos simples consejos puedes hacer que la vida de tus velas sea algo más larga. Claro está que dependiendo del tiempo que la tengas encendida se consumirá en más o menos tiempo.

  • Cortar la mecha de la vela antes de encenderla la primera vez; hacerlo cada vez que prendas la llama dejando unos tres milímetros. Cuanto más larga es la mecha, más rápido se consume.
  • La primera vez, enciéndela como mucho dos horas. Deja que se queme de forma uniforme, evitando la formación de agujero.
  • Evita corrientes de aire y déjala siempre en el mismo lugar.
  • Ponla en el congelador. Al congelarse la cera, tardará más en derretirse.
  • Antes de prenderla, ponlas en remojo con agua salada. Al quemarse se derretirán más lentamente y además, observarás que no chorrean tanto.
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