Cuando por primera vez le hablé a mi cuñado Günter de la limpieza por ultrasonidos para su taller de relojería se me quedó mirando con los ojos como platos. Como la mayoría de la gente, mi cuñado pensaba que este tipo de proceso de limpieza se usaba más bien en los talleres mecánicos. ¡Nada más erróneo!, le contesté yo. Además, para la limpieza de la piezas tan delicadas y pequeñas como las de relojería –pues, mi cuñado es relojero y… ¡suizo!, aunque suene a chiste– sería lo idóneo, le aseguré y le hablé entonces de la empresa Tierra Tech, ubicada en Cantabria, pero con delegaciones no sólo a nivel nacional (Barcelona) sino también a nivel mundial (United States, Benelux, Portugal, etc.), especializada en maquinaria y aparatos de limpieza con ultrasonidos. De hecho, en el taller de mecánica en el que trabajo, dicha empresa es nuestra proveedora…
A mi cuñado Günter lo quiero mucho. No obstante, debo reconocer que como “buen” suizo que es, a veces se muestra demasiado terco o desconfiado… Pero, como fue conmigo con quien descubrió los innumerables placeres de nuestro bello y acogedor país (almuerzos pantagruélicos, solecito y copita de vino a la sombra de un chiringuito…), por ello, confió en mi buen criterio cuando se lo sugerí y la verdad ¡es que no se arrepiente de haberlo hecho! Yo… ¡casi! Pues desde entonces, sus malditos “cucús” suizos, perfectamente sincronizados, se ponen todos a berrear al unísono las 24 horas del día. ¡Eso me pone de los nervios! Sobre todo a la hora de la siesta… Debo especificar, que Günter y mi hermana viven en la segunda planta y yo en la primera de una casa que compartimos. ¡No me queda otra que la de aguantar sus insoportables pajarucos! Ay…
Bueno, todo ello para deciros que la limpieza por ultrasonidos no es sólo el mejor método para limpiar carburadores, turbos, válvulas, motores de paso, culatas, filtros y para cualquier pieza que presente irregularidades y que tenga un difícil acceso, sino que lo es también para sectores en los que la pulcritud es fundamental, áreas tan distintas como las siguientes: automoción, mecanizado, decoletaje, naval, electrónica, pintura, aeronáutica, moldes, filtros, joyería, odontología, medicina, relojería, óptica, laboratorios, informática, etc. Como lo podéis comprobar, la limpieza ultrasónica sirve para todo siempre y cuando se busque obtener un resultado óptimo y duradero utilizando los productos adecuados.
En efecto, la limpieza por ultrasonidos ofrece una calidad de limpieza microscópica, ya que ésta consigue acceder a recovecos internos de difícil o imposible acceso con los métodos de limpieza tradicionales. Con ello, permite ahorrar un tiempo precioso (un 80% respecto a los sistemas tradicionales), y bien sabe todo el mundo que ¡el tiempo es dinero! También, se ahorra en detergente y en agua, puesto que se trabaja en concentraciones muy bajas (sobre el 2%) y que el consumo de agua, al ser por inmersión, se reduce de manera significativa. Asimismo, se ahorra en mano de obra, puesto que la rapidez de la limpieza por ultrasonidos impide perder horas y horas limpiando y que a la vez, la presencia de un operario durante el proceso no es necesaria, pudiendo éste dedicarse a otras labores. Este tipo de limpieza por fin, no presenta riesgos para la salud de la persona o su entorno de trabajo debido a que se evita el uso y el contacto con productos peligrosos, como lo son los disolventes, ácidos y detergentes muy alcalinos.
Por todas estas razones, no sólo yo sino también cantidad de gente –y desde hace poco mi cuñado relojero– confiamos en la limpieza por ultrasonidos y en la empresa Tierra Tech, quien nos suministra la maquinaria, utensilios y productos de limpieza de primera calidad a unos precios de los más competitivos y atractivos. Dicho esto, y para acabar con mi testimonio, debo confesaros que para que los dichosos relojes cucús de mi cuñado me dejen dormir durante la siesta, llevo acostándome desde la semana pasada en un catre que tengo montado en el trastero del taller. Pero, parece que hasta en mis sueños me van persiguiendo los horrendos y estridentes “cu cu cu cu” de sus relojes de pared…