El concepto de oficina ha cambiado en las últimas décadas. En eso han influido las grandes empresas tecnológicas: Google, Facebook, Microsoft, etc. Ya no es ese lugar impersonal y anodino al que el trabajador acude uniformado con traje y corbata. Ahora los oficinistas visten con vaqueros y juegan al billar en una sala de recreo ubicada en su lugar de trabajo. Se ha descubierto que si el trabajador está a gusto es más productivo.
La forma en la que se organice la oficina es fundamental para aumentar la productividad de los trabajadores. Al fin y al cabo es el lugar donde pasan más tiempo a lo largo del día.
Dice el blog Ofiprix que Google es una de las empresas preferidas para trabajar, dentro de los trabajadores relacionados con el mundo digital. Esta opinión viene motivada, en gran parte, por las condiciones de trabajo y el diseño de sus oficinas. Lo que ha hecho que la multinacional acapare gran parte del talento profesional en el sector.
Sus oficinas centrales están en Silicon Valley, Palo Alto (California), pero dispone de 70 sucursales en 40 países alrededor del mundo. Todas ellas inspiradas en su sede central. En ellas hay sala de juegos, gimnasio, sala de restauración, etc.
Todo está pensado al milímetro. En la sala de descanso hay largas mesas en las que tomar un café con los compañeros y, apartados de ellas, sofás colchoneta en las que el trabajador se puede recostar, si lo que quiere es estar solo. Si lo que necesita es aislarse del mundo, hay un área tranquila con columpios de tela que penden del techo. A lo largo de las instalaciones hay zonas con sofás que dan pie a realizar en ellas reuniones informales.
Son conocidas sus salas de ocio. Con mesa de billar, futbolines y máquinas de videojuegos vintage, para los más frikis. En las oficinas de Google casi no hay puertas. Es un espacio abierto en el que los trabajadores se van moviendo de una ambiente a otro sin barreras que los frenen.
Pueden parecer un parque temático, pero se tratan de los centros de trabajo de una de las empresas más importantes del mundo. Google suele funcionar con objetivos por etapas. Mientras la tarea esté realizada en la fecha y hora indicada, a Google le da igual si has estado trabajando en tu mesa de oficina o sentado en un sofá de alguna de sus múltiples salas. Si el empleado se ha ido a casa a las 4 de la tarde o si se ha tenido que quedar hasta las 10 de la noche.
Los ejecutivos de la multinacional suelen decir que la felicidad de sus trabajadores es uno de los principales activos de la empresa. Partiendo de esta filosofía, cualquier oficina puede aplicar una serie de acciones destinadas a que sus trabajadores estén más cómodos y aumenten su productividad.
Espacios individualizados.
La idea es, que aunque los trabajadores trabajen en la misma sala, cada oficinista disponga de una especie de despacho personal. Un rincón, claramente delimitado, que el trabajador lo organiza a su gusto. Es su lugar, no el de ningún otro.
Esto permite que el trabajador se concentre en sus tareas, sin que nada ni nadie le distraiga. Que cree un entorno en el que se sienta a gusto. La forma de conseguirlo es muy sencilla. Dividiendo el espacio con separadores como paneles de conglomerado o mamparas.
Los técnicos de Veima, una empresa de Burgos especializada en mobiliario de oficinas, nos comentan que es una solución sencilla y eficiente, que no requiere obras y ocasiona molestias mínimas.
Hace años primaban los cubículos, un espacio semicerrado en el que el trabajador estaba separado de sus compañeros. Esta solución tenía un efecto contraproducente. El operario se sentía aprisionado, lo cual hacía que decayera su estado de ánimo y su eficacia.
Crear espacios abiertos, en los que puedas interrelacionar con los compañeros y por donde fluya el aire y la luz crean una mayor sensación de bienestar y conforma equipo. El compañerismo es una de las circunstancias más valoradas por los trabajadores e influye en su trabajo.
Esto hay que combinarlo con un cierto aislamiento acústico y visual. De manera que unos trabajadores no estorben a otros y puedan realizar sus tareas de manera eficiente.
Espacios de restauración.
La famosa máquina de café de melita que sale en las películas y en las series norteamericanas es un elemento presente en las oficinas estadounidenses desde mediados del siglo pasado. La empresa colocaba en un rincón de la oficina una máquina de café y cada trabajador se traía la taza de su casa. Cuando el trabajador le apetecía se levantaba y se servía café.
El café que se toma en EEUU es un café aguado. No es tan intenso como el café exprés que tomamos en España. Los norteamericanos lo toman a todas horas, incluso para acompañar las comidas. Abastecer de café a los trabajadores, de forma ilimitada, durante todo el día, permitía que estos se mantuvieran despiertos y que no abandonaran el puesto de trabajo para tomar un tentempié a media mañana.
En este sentido, algunas empresas empezaron a instalar máquinas expendedoras en las oficinas. Unas máquinas de monedas, que a un precio reducido, permitía que el trabajador se pudiera tomar un snack que se llevaba a su mesa de trabajo.
Estas máquinas las encontramos en hospitales y estaciones de transporte para hacer más liviana la espera de los usuarios. En los gimnasios las instalan con productos energéticos para reponer fuerzas después del ejercicio.
Instalar un área de máquinas expendedoras en la oficina es como disponer de una cafetería propia, mecanizada y sin personal contratado para tal uso. Un sistema silencioso que no altera el ambiente de trabajo. En algunas facultades universitarias técnicas como las de informática se han sustituido las tradicionales cantinas por máquinas de este tipo.
Otras empresas como El Corte Inglés disponen de una sala de restauración de uso exclusivo para los trabajadores del centro. Localizada en el sótano del hipermercado o en la última planta, de acceso restringido, a ella acuden los trabajadores para almorzar o para comer.
La sala dispone de mesas alargadas, de un televisor, un microondas, de una máquina de café, papeleras y un lavabo. A ella acuden los trabajadores a la hora de comer y toman la comida que traen de sus casas en tupperwares.
Una alternativa que permite que el trabajador pare a comer cuando lo necesite o cuando lo tenga establecido y se reincorpore de inmediato a su puesto de trabajo. Aunque está diseñada en términos de eficacia, es un servicio que los trabajadores valoran positivamente.
Espacios de ocio.
Este es el elemento más novedoso. Lo han introducido las modernas empresas tecnológicas en el mundo del trabajo. Parte de una premisa: el ambiente de trabajo influye en el estado de ánimo de los trabajadores y eso se deja ver en la productividad.
Instalar espacios de ocio en el centro de trabajo se hace por tres razones:
- Refleja un tipo de empresa determinada. Una empresa moderna, inclusiva y dinámica. Google es el principal exponente de esta filosofía. Pero no nos confundamos, no son empresas caóticas, ni improductivas. Más bien todo lo contrario.
- Un espacio para vivir. Crean tales condiciones de trabajo, que el trabajador no echa de menos el exterior. Tiene todo lo que necesita y le motiva en la oficina. Tal es el caso que no le importa hacer las horas que haga falta para terminar un proyecto.
- Retiene el talento. El trabajador está tan a gusto en su oficina que no se plantea trabajar para la competencia. Las condiciones de trabajo tienen un efecto tan atrayente o más que el nivel retributivo.
El periódico El Mundo, en su versión para Castilla y León, publicó un artículo en el que nos hablaba de las oficinas más impresionantes que siguen este planteamiento.
Así, por ejemplo, las oficinas centrales de Redbull en Londres están ubicadas en el corazón del Soho, un barrio emblemático de la capital británica con una intensa vida social y cultural. Es como si la oficina de tu empresa estuviera en el barrio de Gracia de Barcelona o en Malasaña (Madrid). Un sitio en el que da gusto ir a trabajar todos los días y salir a la hora que haga falta.
Las oficinas centrales de Lego, en Dinamarca, tienen un inmenso tobogán para los trabajadores. Despiertan en los empleados al niño que llevan dentro. De tal manera tienen diseñada la oficina que parece que los oficinistas vayan todos los días jugar. El diseño estimula la imaginación y la creatividad. Pero no nos confundamos. Estamos hablando del líder indiscutible de los juegos de construcción en todo el mundo, y lo llevan siendo desde hace décadas.
Algunos edificios de oficinas como la Torre Picasso de Madrid son auténticas ciudades en vertical. Junto a las oficinas de grandes empresas, entre sus plantas hay instalados gimnasios, cafeterías, barberías para hombre, peluquerías para señoras, spas. Una forma en la que el trabajador haga vida sin abandonar el edificio en el que trabaja.