El vino, elemental para darle un toque elegante a tu restaurante

Existen muchos productos que pueden convertir a un restaurante en un lugar especial. Cada lugar tiene su encanto, su especialidad, algo que identifica al establecimiento y que le hace único de cara a la clientela. Saber explotar las posibilidades que eso le abre al restaurante será entonces clave para asegurar el éxito del negocio y su existencia y reconocimiento futuros.

Uno de los mejores productos con los que puede identificarse un restaurante es sin duda el vino. Éste otorga elegancia y clase al lugar y le permite adquirir una dimensión que difícilmente se puede lograr de cualquier otra manera. No obstante, un restaurante necesita estar bien preparado para tener el vino como elemento estrella puesto que este producto necesita almacenare siguiendo unas características y no se puede ofrecer al cliente en cualquier copa.

El pasado año 2012, en plena crisis económica, decidí abrir un restaurante en mi ciudad natal. Muchos restaurantes acababan de cerrar en la ciudad a causa de las deudas y demás problemas económicos, por lo que pensaba que, haciendo de ese nuevo negocio algo glamuroso y con estilo, podría abarcar un nicho de mercado que no es que no tuviera dinero para salir a comer o cenar, sino que se había cansado de acudir a lugares tan tradicionales y tan poco especiales como los que existían anteriormente.

Para cumplir con mi objetivo sabía que un producto como el vino podría ser una buena baza. Conocía un par de bodegas en La Mancha y La Rioja que me proporcionarían unos caldos de una grandísima calidad y cuya adquisición no implicaba una gran inversión económica por mi parte. Era una oportunidad perfecta y pensaba aprovecharla. Pero antes de nada tendría que poner los medios adecuados para tratar de manera correcta una bebida tan especial y con tantas particularidades como el vino.

Necesitaba armarios climáticos para conservar el vino en unas condiciones adecuadas. Esta es una de las claves para que a la hora de servirlo esté excelente y proporcione un placer sin igual para nuestro paladar. Conseguir una vinoteca, tal y como se denominan esos armarios, era imprescindible para cumplir mi objetivo y por tanto me puse manos a la obra para localizar una empresa que me la pudiera suministrar a un buen precio.

Exportcave parecía una buena opción para conseguirlo. En aquella entidad se ofertaban vinotecas a un precio que me parecía muy adecuado. Además, estaban a disposición del público una serie de objetos que también tenían una relación muy estrecha con el vino, como diferentes modelos de copas de vino. Estaba convencido de que, con este tipo de detalles, el cuidado y la presentación de los caldos que iba a ofrecer a mis clientes sería estupendo.

Un comienzo fulgurante

Me puse en contacto con los profesionales de Exportcave y fueron ellos los que me ofrecieron la información necesaria acerca de todas las características de las vinotecas. Lo cierto es que me convencían sus explicaciones, lo cual, unido a la necesidad que tenía de que el vino se conservara en unas excelentes condiciones, hacía necesaria la compra de este tipo de armarios climáticos.

Comencé a utilizarlos nada más abrir el restaurante y el tratamiento de los vinos que había escogido para mi negocio fue estupendo desde el principio. Y la verdad es que los clientes lo notaban una auténtica barbaridad. De hecho, muchos de ellos halagaban nuestros productos y el servicio que les ofrecíamos, lo cual mejoraba nuestra imagen ante la sociedad civil y nos convertía en una de las principales referencias a nivel hostelero en toda la ciudad.

El resultado de todo ello ha sido el de la obtención de unos beneficios que ni siquiera esperaba cuando arranqué el negocio. Año a año loos resultados han ido mejorando y creo que de cara al futuro lo seguirán haciendo. A fin de cuentas, nuestros clientes piden glamour y elegancia y nuestro perfectamente cuidado vino contribuye a que ese glamour y elegancia sean simples realidades.

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