Espacio Coworking, primer paso para emprender

Seguro que has escuchado ya en varias ocasiones esta palabra: Coworking. Incluso me atrevería a decir que lo has visto en algún bar donde vas a tomar café o en algún taller que se organiza en tu ciudad. Los espacios de coworking son oficinas compartidas en las que profesionales autónomos, teletrabajadores y empresarios se dan cita para trabajar, y donde los gestores del espacio intentan conectar y crear oportunidades profesionales y personales entre y para sus miembros. En definitiva, la mejor solución para los emprendedores que no saben por dónde empezar.

Diferencias

Existe una gran diferencia de este espacio con respecto a los centros de negocio y las clásicas oficinas compartidas. Aquí hay un gestor, que es la persona que trabaja a tiempo completo para que los miembros se conozcan mejor y generar el clima de confianza y las dinámicas de colaboración que van a permitir acelerar las oportunidades de trabajo y ayuda. Es como trabajar en la empresa, pero en lugar de tener compañeros en diferentes departamentos estás rodeado de profesionales con diferentes capacidades, intereses y redes de contactos.

Uno de los más destacados es The Under Groundden, su centro de negocios en Madrid centro está enfocado al objetivo de ayudar a startups y coworkers a triunfar, proporcionándoles todo lo necesario para que su proyecto crezca: asesoramiento legal, ayuda en financiación, estrategia empresarial, imagen corporativa, gestión de ventas, organización de eventos. Es como tener un asesoramiento 24 horas.

Este lugar tiene un espacio de más de 100 m2 para puestos de trabajo compartido, totalmente equipados para empezar a trabajar desde el primer día. Los coworkers disponen de sala de reunión, zonas comunes y de visitas, prensa diaria, cocina-office, conexión rápida de internet, impresora-fotocopiadora, control de accesos con huella digital, secretaría y parking público justo al lado. Es muy fácil integrarse es esta comunidad de networking y poder desarrollar tu empresa mediante la experiencia compartida. Si te preguntas cuánto puede costar esto, pues por poco más de 100 euros al mes lo tienes. A poco que eches cuentas te darás cuenta que sale más barato que alquilar un local, y más al precio que se encuentra ahora.

Ahorro importante

La principal ventaja, no podía ser de otra forma, es el ahorro de costes. Al compartirse numerosos gastos, como Internet, la luz o el agua, pasan a ser de carácter comunitario y se incluye en el alquiler acordado.

Pero no solo ofrece beneficios económicos. Una de las grandes virtudes de este tipo de espacios compartidos es la posibilidad de relacionarse con otros profesionales, de la misma rama o de otras relacionadas. El intercambio de experiencias e información es vital para crear nuevos vínculos, e incluso converger en futuros proyectos.

Posibles incovenientes

En un espacio coworking hay una serie de normas que hay que respetar para hacer más fácil la convivencia. Una de ellas es el horario. Se alquilan los espacios por un tiempo concreto, que hay que cumplir, para no afectar a otros usuarios. Ni se pueden alargar las reuniones, ni apurar un trabajo un poco más.

Menos privacidad

Otro de los problemas es que se pierde privacidad. Aunque los demás estén a lo suyo, pueden  oírte. Si tienes que mantener una conversación que exija discreción, puedes realizar tu llamada fuera de la zona común en una sala de reuniones que no esté ocupada..

Historia del coworking

El término en inglés coworking fue inventado por Bernie en el año 1999, pero es en el año 2005 que realmente fue difundido, por Brad Neuberg, quien​ creó un espacio de coworking en San Francisco llamado Hat Factory, un loft donde trabajaban tres autónomos. Más tarde, el mismo Neuberg creó Citizen Space,​ que en los hechos fue realmente el primer espacio de coworking en Estados Unidos. A principios de 2014, se estimó que existen más de 2000 espacios de trabajo cooperativo en el mundo, y su número crece en forma constante a lo largo y ancho de del mundo.

Como puedes comprobar, este sistema está cada vez más insertado en la sociedad laboral por los muchos motivos favorables que tiene. Ahora eres tú el que tienes que valorar si te compensa o no, dependiendo de las características de tu modelo de trabajo.

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