No es nada nuevo que muchas de las empresas que hoy en día están en el mercado, han implantado valores empresariales en sus organizaciones y estructuras directivas, con el fin de dar a la empresa un valor más allá de los productos o servicios. Esto es algo imprescindible para conseguir tener una imagen adaptada al siglo XXI.
Hemos pasado de un concepto de empresa centrada en una visión cerrada de dar un servicio o una venta, a un concepto de servicio que mira más allá de eso, que busca orientar al cliente y guiarlo hacia soluciones concretas que beneficien tanto al cliente como a la empresa, cuidando la experiencia de venta.
Sí has leído hasta aquí, y sabes de lo que estamos hablando, habrás oído hablar de los diferentes tipos de valores sobre los que las empresas basan sus organizaciones. Estos principios son variados, y dependen mucho del tipo de organización. Porque a pesar de que existan valores comunes, los diferentes negocios y metas de las empresas, hacen que varíen mucho.
La base de los principios empresariales está en adaptar la empresa al cliente. Esto no significa que el cliente mande, sino que la empresa gira en torno al cliente. Ya sea una gran empresa, o una pyme, las empresas que utilizan este principio, están en contacto con el cliente cuidando de que la experiencia de compra sea satisfactoria. También existen otros principios que no mencionaremos en este artículo, pero podéis saber más sobre ellos en este enlace.
Esto ofrece ventajas bidireccionales. Por un camino obtenemos un feedback muy bueno, que nos indicará qué hemos hecho bien, y en qué podemos mejorar (este tipo de comentarios hay que valorarlos tanto como la venta en sí). Y, por otro lado, mostramos al cliente nuestra intención de hacer que su compra sea lo más satisfactoria posible, poniendo incluso soluciones beneficiosas para él sobre la mesa, lo que repercutirá directamente sobre el índice de retorno de los clientes.
Si basamos nuestro departamento de atención al cliente sobre la base de la transparencia y la honestidad, conseguiremos que se nos conozca por explicar los problemas, cuando los hay, y aportar soluciones a los mismos. Esto se ve claramente ejemplarizado con las empresas que utilizan redes sociales, ya que llegan cientos de mensajes en los que se muestran problemas. Las empresas que ofrecen soluciones por estas vías, fortalecen las relaciones con los clientes, y rápidamente muestran una imagen empresarial digna.
Una vez que se domina estos principios, el siguiente paso es evolucionar en nuestra manera de hacer negocios. Hoy en día no es nada difícil encontrar empresas, con tiendas online, que venden productos. Estas empresas pueden estar correctamente posicionadas para la venta, pero ¿pueden hacer algo más?
Las soluciones integrales
Siempre se puede hacer algo más. Existen empresas, sobre todo relacionadas con el sector de la industria, que pueden ayudarnos a ver cómo darle un plus a nuestro negocio. Si ponemos el foco de atención en las necesidades del cliente, podemos ofrecer servicios complementarios relacionados con los productos o servicios que prestamos.
Estos servicios complementarios pueden ser gratis, bajo ciertas condiciones, o pueden ser remunerados. Es el ejemplo clásico de los gastos de envío, si un cliente va a gastarse una cantidad elevada de dinero, es muy valorado por el mismo que no tenga que pagar porque le traigan a casa el pedido. También hay empresas que a partir de una cierta cantidad regalan accesorios, cuyo coste a una escala media es asequible, relacionados con el producto que se ha comprado.
Pero lo más importante es dar soluciones integrales, para aclarar este concepto voy a recurrir a una empresa muy bien valorada Soluciones Técnicas, una empresa creada para aportar al mercado bienes y servicios en la planificación y mantenimiento de las infraestructuras para trabajos en altura.
Esta empresa tiene marcada en su filosofía los principios de calidad y seguridad, y les impulsa a ofrecer soluciones certificadas u homologadas personalizadas, tras un análisis de las necesidades. Pero no sólo se queda ahí, también lleva a cabo el proyecto y lo mantiene, ofreciendo por tanto una serie de servicios que van más allá de una simple venta.
En conclusión, ofrecer un servicio integral es garantía de éxito.