Haz partícipes a todos tus trabajadores

Todos los departamentos, personas y funciones son elementales para una empresa en los tiempos que corren. Todos ellos tienen un objetivo y un cometido que debe ser cumplido para que el funcionamiento de la entidad sea el mejor posible. En otras palabras, todos forman parte de ese engranaje que es necesario para que la cadena no cometa ningún error.

Tenemos que empezar a concebir a la plantilla de una empresa de la misma manera que vemos a la plantilla de un club deportivo. En un deporte como lo puede ser el fútbol o el baloncesto, el error de uno solo de sus componentes puede hacer perder un partido e incluso un gran título al equipo. En el ámbito laboral el concepto es el mismo: si uno falla, fallamos todos. Y ese error individual puede tener traer consecuencias para todos, por lo que mantenernos compactos y en contacto permanente es fundamental.

El año pasado, varios profesionales del sector de la fabricación de puertas nos asociamos para constituir una empresa dedicada a esta labor. No habíamos tenido mucha suerte con nuestros negocios anteriores y uniéndonos queríamos conseguir ese éxito que de manera individual no habíamos podido conseguir. En pocos meses conseguimos configurar una buena nómina de trabajadores y comenzamos a funcionar.

Uno de los departamentos clave para nosotros era el de recursos humanos. Para la jefatura de dicho departamento confiamos en Alberto, un muchacho joven que a pesar de haber finalizado sus estudios recientemente prometía mucho. Confiábamos en él y él en nosotros, por lo que nos parecía un candidato perfecto para el puesto.

Alberto se tomaba muy en serio su trabajo y estaba ansioso por demostrarnos todos sus conocimientos. Sin embargo, él mismo consideraba que, debido a su falta de experiencia, todavía necesitaba muchos más conocimientos de los que ya poseía. Por eso, nos propuso en una Asamblea que le permitiéramos formar parte de un entorno como el que ofrecía www.orgdch.org, una Organización de Directivos de Recursos Humanos en el que podría adquirir nuevos contactos y experiencias. Tenía la invitación de uno de los socios que ya formaban parte de ella y, como además no existe ninguna cuota de ingreso, la idea nos pareció fantástica. Felicitamos a Alberto por su implicación y sus ganas de mejorar y le permitimos formar parte de ese entorno del que nos había hablado.

Un puñado de nuevas técnicas llegó a nuestra empresa

Alberto aprendió mucho gracias a aquella web llamada www.orgdch.org. Después de haber mantenido contactos con otros directivos de recursos humanos de empresas de la Península Ibérica y Latinoamérica, vino cargado de ideas para nuestra empresa. Recuerdo una que me llamó especialmente la atención. Consistía en hacer la relación entre la empresa y empleado mucho más cercana y transparente, de tal modo que ambos agentes pudiesen hacer una valoración mutua y detectar posibles problemas y formas para mejorar la eficiencia y la calidad del trabajo.

Nuestro jefe de recursos humanos puso en marcha la idea y, tras unas cuantas evaluaciones, empezamos a constatar que los trabajadores cada vez se sentían más valorados en su puesto. Nos interesábamos por su estado físico y anímico y lo teníamos en cuenta a la hora de elaborar su carga de trabajo. Ello dio sus frutos y, como apuntaba, todo el mundo en la empresa se sentía contento y partícipe, lo que nos hizo también llegar a un punto de absoluta eficiencia de nuestro trabajo. Y es que, como apuntan algunos expertos en la materia, no todas las motivaciones del ser humano son económicas.

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