Hoy en día el éxito en la empresa no se mide según los objetivos conseguidos, se mide según el valor que das a tus clientes. Una empresa que solo presta sus servicios con la intención de ganar dinero, o conseguir mucha cuota de mercado, puede que pierda de vista el principal rasgo característico de las empresas de éxito, el retorno de los clientes.
La ética profesional que se está imponiendo hoy en día, rechaza la idea clásica de obtener resultados a toda costa. Aquellos que siguen la ética profesional se rigen por un conjunto de normas y valores que hacen y mejoran el desarrollo de sus actividades profesionales. Esas normas y valores son las que marcan las pautas del desarrollo laboral de la empresa. Teniendo unos cimientos sólidos, se construye una casa resistente y confiable.
Voy a referirme a la ética profesional en el ámbito de la asesoría, la administración y la gestión de intereses ajenos. Antes del 2009, el pensamiento empresarial estaba basado en el corto plazo, es decir, en la idea de cerrar un negocio lo antes posible para obtener beneficios rápidos, sin importar si el cliente estaba contento o no. Esto era así por la cantidad de oportunidades que surgían, que no hacían plantearse otro modelo de gestión.
A partir de la crisis financiera, las oportunidades se redujeron por la falta de inversión. Y las empresas empezaron a cambiar el enfoque de los principios que rigen las empresas, me refiero al trato con el cliente y a la adaptación a las necesidades del mismo. Hoy en día se ha desarrollado una corriente que se está asentando, esta corriente se basa en pilares fundamentales que pueden cambiar de una empresa a otra, dependiendo de los objetivos de la misma. Pero por lo general esos principios son los de honestidad, transparencia, lealtad, diligencia, secreto profesional y justicia.
Nuevas y vejas, eso da igual
Las empresas de nueva creación, así como las que están adaptándose continuamente a los cambios del mercado, destacan por ofrecer servicios personalizados, orientados a la satisfacción de intereses mutuos en lugar del propio. Lo que se busca por estas empresas es maximizar los beneficios respetando los intereses de las partes, los principios, y la ley. Para ello se trabaja continuamente la responsabilidad en el trabajo para satisfacer los intereses de la otra parte. Por ejemplo, en el caso de los administradores, lo que se busca por parte del contratante es un servicio personalizado en el que se obtenga la máxima atención para obtener los máximos beneficios; por parte del gestor lo que se busca es que haya transparencia y colaboración para poder realizar su trabajo de la mejor manera posible, y que al final de mes cobre a tiempo.
Una empresa que sigue estos principios es MBR administradores y servicios, una empresa que nace con la vocación de ser una referencia, adaptada a las necesidades de nuestros clientes y especializada en la administración de Fincas, y el servicio de asesoramiento económico y jurídico. Esta empresa cuenta con una plantilla de profesionales altamente cualificados, con experiencia en administración de fincas, asesoría, gestión de edificios, seguros y más. Esta empresa apuesta por dar el mejor servicio al cliente, mediante sistemas de gestión de la información innovadores en el sector.
Para finalizar, la reflexión que podemos sacar, es que hoy en día hay que introducir en nuestras empresas la ética profesional, orientada a dar el mejor servicio a nuestros clientes, con transparencia, honestidad y lealtad.