“Más allá de sus ríos y tres cadenas de montañas surge Zora, ciudad que quien la ha visto una vez no puede olvidarla más (…)”
Las ciudades Invisibles, Italo Calvino.
Muchas veces son elementos que no se ven a simple vista los que marcan la diferencia, en el caso del éxito turístico de una ciudad son, precisamente, estos aspectos más intangibles los que suponen una mayor o menor afluencia de visitantes en la mayoría de los casos.
De hecho, cada vez los destinos urbanos se encuentras más con la necesidad de singularizarse y de basar su política turística en su singularidad y aquellos aspectos que los distinguen y caracterizan.
Marien André, Coordinadora del Observatorio Turístico de la Generalitat Catalana señala, en este sentido, que ya desde los años 80 se tomó consciencia de la importancia del turismo urbano, y no se concibe sin esos intangibles, si bien parece no haberse tomado conciencia del todo de su importancia, o al menos parece no haberse verbalizado hasta ya entrado el S. XXI.
Se trata de una realidad que aparece a diario en nuestras conversaciones cuando hablamos de París como “la ciudad del amor” o nos referimos a Londres como “esa ciudad cosmopolita” todos ellos son adjetivos que describen ese intangible en las ciudades que nos hace visitarlas una y otra vez.
No es tarea fácil la de identificar estos intangibles, existen una gran variedad de factores que construyen la identidad de una ciudad. Si bien, según Marien André estos intangibles en gran medida se refieren a una serie de recursos, fiestas populares y manifestaciones concretas.
Al hablar con amigos que me decían lo mucho que “Barcelona está de moda” pensaba que precisamente ese “estar de moda” es un intangible. Puesto que lo que estamos haciendo al hablar de lo cool que es Barcelona es, precisamente proyectar una forma de vida, una vanguardia combinada con una tradición y una vida nocturna con un ritmo de trabajo diario.
Todo ello termina de configurar el mapa, la esencia y la energía de una ciudad. Así, la importancia de entender estos intangibles es fundamental para el éxito del turismo urbano. Entender la ciudad como un espacio único y “emblemático” en el que desarrollar estos aspectos intangibles, o como mínimo, vertebrarlos en beneficio de la ciudad.
Desde la lengua, la cultura pasando por el mismo Quijote, a lo mitos y leyendas, la gastronomía o la artesanía, todos son elementos vivos y dinámicos que hablan de identidad y diferencia.
La personalidad de las gentes que habitan la ciudad, ese paisaje humano que le da vida, desde el hombre que hace una paella que mira atentamente un turista japonés, al que prepara un pulpo á feira al que no le quita ojo una mujer sueca.
Como en las ciudades invisibles de Calvino, son esos elementos invisibles los que dan fuerza a las ciudades, en su singularidad, es lo que las hace únicas.
Buenos Ejemplos de Turismo Urbano
De algún modo, la noción de patrimonio intangible coincide, en cierta medida, con la de cultura, entendida en su sentido más amplio. Las ciudades son así, riquezas históricas y consideradas a nivel mundial sitios con relevantes potencialidades para el turismo cultural.
De hecho, en este sentido, siempre me ha parecido muy acertada la idea de Mercer Hoteles que se caracterizan por ubicar todos sus hoteles de lujo en edificios de interés cultural, patrimonial y artístico en los centros históricos, ya sea en Barcelona o en Sevilla, así como en otras ciudades emblemáticas de la geografía española. Su filosofía se basa en la combinación de herencia cultural, singularidad y personalidad de los edificios en los que se encuentran sus hoteles de lujo.
Todo un ejemplo de cómo sacar partido de ese intangible, de ese invisible de las ciudades que las hace verdaderas joyas de un valor único e incomparable.