Para muchas personas estar informados de la actualidad supone un verdadero reto, debido en gran parte a la falta de tiempo o ganas por leer diferentes medios de comunicación en sus diferentes vertientes, es decir prensa, radio o internet. Pero para otras personas estar informado de la actualidad, no solo supone una gran ventaja en su sector, sino también una oportunidad para realizar inversiones o investigar nuevas líneas de negocio.
Todo aquel que se decidiera a invertir algo de dinero durante los años de crisis conoce bien esto, ya que en aquellos momentos en el mercado habían muchas oportunidades de negocio. En gran parte, debido a que las principales inversiones eran inmobiliarias, y el dinero líquido escaseaba debido a que los bancos cortaron el grifo de las hipotecas y los créditos.
La situación que comentamos fue propicia para las inmobiliarias, que gracias a sus contactos y a su conocimiento del mercado fue capaz de encontrar verdaderas gangas inmobiliarias durante estos años de crisis. Actualmente, este tipo de gangas no se encuentran tan fácilmente, debido en gran parte a la subida de precio que comentaremos.
Pero esto no quiere decir que no hayan todavía buenas ofertas, pero para encontrarlas hay que acudir a agencias inmobiliarias con experiencia. Segohouse es una Agencia Inmobiliaria situada en el Centro de Segovia, formada por un gran equipo que posee una dilatada experiencia en el Sector Inmobiliario.
La mayoría de inversiones inmobiliarias fueron consecuencia directa de la explosión de la burbuja inmobiliaria, que desestabilizó un sector que era el sustento de muchas de las familias de nuestro país. Actualmente podemos afirmar que hemos superado esta burbuja, pero parece que cometemos los mismos errores, porque actualmente, y cómo veremos en el artículo de hoy, las inversiones inmobiliarias están volviendo a subir.
El encarecimiento de la vivienda puede dar lugar a otra burbuja
Según El País, el precio de la vivienda aumenta a un ritmo anual cercano al 8%, la tasa más elevada de la última década. El dinamismo del mercado también se refleja en el volumen de transacciones de compraventa, que avanza casi un 20% en lo que va de año. Sin embargo, hoy por hoy no se puede hablar de burbuja. Esta se produce cuando los precios aumentan de manera generalizada, en un contexto de sobreoferta y que conduce a un endeudamiento excesivo de hogares y promotores.
Por el contrario, la situación actual se caracteriza por un encarecimiento de los precios en el centro de las grandes urbes, donde el suelo escasea, y en las zonas más presionadas por el turismo. En esos lugares la vivienda cuesta prácticamente lo mismo que en el cénit de la burbuja, mientras que los precios siguen en mínimos en otras ciudades y territorios.
Este fenómeno refleja la entrada de capital extranjero y a la inversión en vivienda turística, en un contexto de bajos tipos de interés facilitado por la política del Banco Central Europeo. Al poner la vivienda en alquiler, el inversor obtiene una rentabilidad elevada frente a alternativas como la compra de bonos.
Según el FMI, los precios de la vivienda en las capitales mundiales se han sincronizado. Por eso el encarecimiento de la vivienda se produce en otras ciudades europeas como Berlín, Paris o Roma, incluso con más vigor que en España, tanto en valor absoluto como en relación al poder adquisitivo de cada país.
Además, la demanda parece más solvente que en épocas anteriores. La concesión de crédito hipotecario se ha disparado ahora aumenta a un ritmo anual del 15%, cinco puntos más que en 2017. Como el volumen de préstamos que vencen es superior al de los nuevos créditos, el saldo vivo de crédito sigue cayendo.
Aun así, varios factores deberían conducir a una moderación a partir del 2019, cuando la normalización de la política monetaria del BCE modere la demanda por motivo inversor. Los hogares también se enfrentan a un límite en su capacidad de endeudamiento. El precio de la vivienda ya supera los siete años de renta anual, y la rentabilidad que ofrece la compra de vivienda se irá reduciendo, a medida que el encarecimiento de los alquileres se tope con las estrecheces de la economía familiar.