Los pintores se reinventan

Hace unos meses decidí pintar mi casa. Después de seis años viviendo en ella ya era la hora de darle una mano de pintura. Y es que las paredes blancas van perdiendo su color, o mejor dicho, ganando otros colores. La habitación de mi hijo pequeño parece ya un salón de gafiteros. No solo él, mi despacho ya también se nota los efectos del tiempo, y sobre todo del maldito vicio del tabaco. Así que decidí pintarla entera. La verdad es que no me había dado cuenta que este sector ha evolucionado tanto en la última década.

Me puse en contacto con este pintor de Barcelona, MiPintor, una empresa de Barcelona, que desde el primer momento me dio mucha confianza y sobre todo me trasmitió profesionalidad. Se me quedó una frase que me dijo uno de sus profesionales cuando les llamé para pedir presupuesto. “Para nosotros pintar no es dar brochazos en una pared. Para nosotros el servicio de pintura es un ritual, que comienza al recibir su llamada”. Y así fue. La verdad es que dar brochazos lo podemos hacer todos, incluso yo, pero lo que es pintar bien, es todo una obra de arte. Además en un sector con tanta competencia, hay que saber diferenciarse de los rivales.

En la primera visita que hicieron a mi casa analizaron las necesidades y el tipo de acabado de los paramentos a tratar, para adecuar el tipo de pintura y los procesos que iban a emplear. Posteriormente me mandaron una valoración del coste de los trabajos, por supuesto con factura e IVA, vía e-mail y me dieron fechas para comenzar y terminar. Y es que si hay algo que me da pereza, son esos pintores o albañiles, que te dicen cuándo comenzará, pero nunca cuándo terminará. “Eso ya se verá”, son sus palabras.

Os voy a contar cómo fue su forma de trabajar, por si estáis buscando una empresa de pintores. Nada más llegar, procedieron a la retirada y protección de todos los objetos y muebles que había en la vivienda. Luego comenzaron a trabajar. Esta fase, que muy pocas empresas realizan, es muy importante ya que de su correcta ejecución dependerá el resultado final. Es fundamental que los encuentros con los diferentes elementos del espacio sean perfectos. A qué me refiero. Pues por ejemplo a los rodapiés o los marcos de puertas y armarios, ello me lo  sellaron con masillas acrílicas que posteriormente fueron pintados con el mismo material. Así consigues que esos pequeños detalles no sean un fastidio.

Los remates

Otra fase decisiva son los acabados, o como solemos decir nosotros los remates. Es el momento de inspeccionar con lupa el trabajo que han hecho en tu casa. En la mayoría de los casos, emplean la aplicación de una pintura plástica, o un esmalte acrílico mate o satinado. Una vez acabado el trabajo, me dejaron unos botes con los diferentes colores empleados. Un detalle muy bonito.

El último paso, pero no por ello menos importante, es una correcta finalización del trabajo, que consiste en dejar el espacio en el que han trabajado totalmente limpio y con todo en su sitio. Además tienen un servicio de retoque, hasta dos semanas después del término del proyecto. ¿Qué te parece?

Y es que muchas veces, el trabajo de pintura es muy engorroso, por eso, el buen profesional deja todo como lo ha encontrado, pero con más luz y brillo. Por eso estoy muy contento con el resultado de estos pintores de Barcelona. Y es que, aunque cada vez se usa menos, esta profesión es de artistas.

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