Servicios para personas mayores, una opción de emprendimiento

Nuestra sociedad ve cada vez como hay más personas mayores. Lo curioso del tema es que parece como si quisiésemos ocultarlo. Parece que solo hay que ser joven y bello, esto es algo constatable, podéis hacer la prueba viendo la televisión, anuncios en los que las personas mayores aparecen rara vez y más de la mitad de las veces como secundarios.

Las persona mayores cada vez necesitan mayor número de servicios. En la era de la comunicación que vivimos, cada generación que pasa está más concienciada con las nuevas tecnologías, que pueden servir de gran ayuda para nuestros mayores cara a sus labores cotidianas o simplemente para pasar el ocio.

Quizás todavía es un poco pronto, pero en no muchos años no será raro ver a la mayoría de ancianos pasando el tiempo con el ordenador y haciendo pedidos de todo tipo. Emprender en este sector es una magnífica idea que además nuestro interior también agradece el dedicarnos a esta actividad.

Todos al final tenemos que llegar a ese estado y queremos que nuestros familiares, lo mismo que nosotros en el futuro, tengamos las mejores opciones y cuidados posibles.

Las residencias cada vez mejores

La idea de montar una empresa que de servicio de ocio a los más mayores me vino de la visita a la Residencia Benviure a ver a un tío mío que reside allí desde hace un par de años. No había estado nunca en una residencia, pero quedé gratamente sorprendido de la limpieza, el buen ambiente y lo ordenado que está todo.

Al final el cine mediatiza y mucho más a los cinéfilos como yo, que tenemos la típica imagen de las residencias como sitios negativos y sin interés por cómo se encuentren los ancianos. Estar de visita me sirvió para darme cuenta que hay un montón de profesionales multidisciplinares  que, utilizan todos los medios humanos y tecnológicos posibles para que las personas que están allí en la residencia se sientan bien cuidados y lo que es más importante, de verdad apreciados.

La residencia geriátrica tiene a los pacientes divididos en plantas, por lo que así tienen mejor tratados a los pacientes según el grado de dependencia que tengan o la patología que sufran. Una manera eficaz de poder tener monitorizados a los pacientes. Al final te das cuenta que es como si fueran varias residencias en una, puesto que hay pacientes que prácticamente no necesitan mucha ayuda y otros que sí que la precisan.

Un buen emprendedor debe saber que necesidades tienen sus clientes y en esto estoy en estos momentos. Quiero montar un negocio donde realmente haya posibilidades de éxito y sea algo que mejora la vida de las personas de la tercera edad.

Dice mi socio que las posibilidades son enormes, pero claro, hay que dar con la tecla, pensamos que algo relacionado con el ocio podría ser interesante, pero hay que saber qué y donde buscar. Habíamos pensado en realizar unos cursos que de verdad enseñen a los más mayores como utilizar los ordenadores en la práctica, los Smartphone y las tablets, pero de una manera más práctica.

Sabemos de las iniciativas que hay en muchos ayuntamientos sobre el tema, pero queremos darle una vuelta más que pueda responder con mayor exactitud a lo que demanda una persona mayor que buscar acceder a todo eso sin haber pasado ningún otro paso anterior.

Desde luego que quienes en sus trabajos antes de jubilarse supieran escribir a máquina y algunos conocimientos de informática tienen algo andado, pero la mayoría les ocurre que no saben todo lo que quisieran sobre estos temas y aquí queremos estar para ofrecer ese servicio de utilidad.

Como imaginaréis vamos a seguir dando vueltas y vueltas a la idea y la forma en la que poder concretar nuestras ideas en algo real que de verdad sirva para mejor la vida de ellos. Estamos en unas décadas donde la brecha tecnológica parece hacerse más grande, pero se puede realmente luchar por acercar estas nuevas tecnologías a la tercera edad.

Cuando vi a los abuelos en la residencia haciéndose preguntar y hablando sobre el “Internet ese”, me dieron ganas de sentarme con ellos y explicárselo. Un mundo por descubrir sin lugar a dudas.

 

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