Hace unos años me jubilé en mi empresa para poder disfrutar ya por fin de mi vida, ya que me había pasado muchísimo tiempo trabajando durante mi juventud y apenas había podido hacer viajes o salidas con mi mujer y mis hijos. Ahora, en esta etapa, no quería perderme el disfrutar de mis nietos y llevarlos de vacaciones conmigo, así que estuve estudiando todas las posibilidades para mantener un buen nivel de vida en mi jubilación y quiero compartir con vosotros estas soluciones de ahorro, por si os sirven. A mí me gusta viajar con mi perrita, y la mando siempre a través de la agencia de transporte Star-Cargo, que cuenta con este servicio para animales. También necesito pagar nuestros billetes y estancias, y para eso se precisa planear bien la jubilación para que no nos falte de nada después.
Pues bien, para mantener mi poder adquisitivo, tuve que tirar de soluciones de ahorro. Y es que, para garantizar el mismo nivel de vida y la estabilidad de los ingresos cuando una persona se jubila, es necesario recurrir a sistemas de ahorro privados que complementen las diferencias entre el nivel de ingresos de la persona antes de jubilarse y lo que percibirá como pensión a través de la Seguridad Social. Y precisamente, como se explica en la Guía para la Jubilación que publica la Fundación Mapfre, porque esa necesidad es cada vez mayor, el Esta-do favorece el ahorro privado aplicando ventajas fiscales cuando se realizan aportaciones a determinados productos: planes de pensiones y planes de previsión asegurados (PPA). Para saber cuánto debemos aportar, existen simuladores y calculadoras de pensiones que orientan sobre la cantidad a ahorrar en estos productos. Pero en definitiva, empezar a ahorrar antes significa que tendremos una mayor rentabilidad y nos llevará menos esfuerzo.
En la elección del tipo de producto para mejorar nuestra calidad de vida en la jubilación influyen diversas variables, desde el perfil del contratante (conservador, moderado o agresivo), la fiscalidad, las necesidades de liquidez y la situación de los mercados por ejemplo. Pero saber de esto es muy complicado y es mejor dejarnos asesorar por un profesional del sector de las aseguradoras, ya que normalmente no todos tenemos este tipo de conocimientos.
En cuanto a las ventajas fiscales que tenemos por aportar a un plan de pensiones o a un PPA, debemos decir que en España, las aportaciones a Planes de Pensiones y PPA son deducibles en la base imponible del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), con unos límites absolutos y en función del volumen de sus rendimientos (de trabajo y/o actividades eco-nómicas).
¿Y qué ocurre si necesitamos el dinero?
Mucha gente tiene miedo de meterse en este tipo de planes de ahorro por si se da el caso de precisar el dinero, ya que siente que aquí se queda como pignorado y no se puede recuperar. Pero lo cierto es que esto no es así, y podemos solicitarlo, además de por jubilación, por incapacidad, dependencia o fallecimiento.
Así, excepcionalmente se podrá percibir la prestación en los supuestos de enfermedad grave, desempleo de larga duración o desahucio de la vivienda habitual, así como en determinados supuestos de cese involuntario de la relación laboral.
Además, la ley 26/2014 que modifica la ley 35/2006 de IRPF permite la posibilidad de que, a partir del 1 de enero de 2025, se pueda disponer de las aportaciones y los rendimientos generados por dichas aportaciones cuando tengan más de 10 años de antigüedad, así como de los derechos consolidados existentes a 31 de diciembre de 2014.
En caso de fallecer quien lo contrata, lo percibirán los beneficiarios designados y, en defecto de estos, el cónyuge, hijos o herederos legales del fallecido (en este orden). La prestación percibida por estos tributará como rendimiento del trabajo manteniendo las exenciones fiscales existentes en caso de corresponderles.