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Una carrera de fondo hasta la meta

No creo que cerrarse en banda en torno a una única posibilidad de movimiento sea algo acertado. Siempre he pensado que puedes fijarte una meta y, por el camino, encontrar varias bifurcaciones que te dan la posibilidad de cambiar ese objetivo final y no debes cerrarle la puerta a ninguna. Por eso, aunque yo tenía claro mi objetivo: ser profesora de secundaria, valoré y probé otras opciones y eso es lo que me ha dado la visión que tengo ahora del mundo.

Hay personas que cuando toman la decisión de opositar, sea en el ámbito que sea, se meten en su cuarto, cierran puertas y ventanas para aislarse del mundo y centran su actividad en una única área: estudiar. Casi no tienen tiempo libre, porque lo dedican todo a estudiar, y durante el poco tiempo de ocio que tienen no llegan a desconectar del todo.  En realidad yo admiro a esas personas, personalmente no sé si sería capaz de pasarme así un año, dos e incluso tres, pero aunque me parezca admirable no creo que sea sano y además, al centrarte tanto en algo, te pierdes otras posibilidades.

Cando hace algunos años decidí matricularme en estas academias de oposiciones en Valladolid, Preparadores Valladolid, sabía que no iba a ser fácil conseguir mi meta y, por eso, al mismo tiempo que estudiaba y me preparaban para aprobar la oposición, decidí investigar todo aquello a lo que yo podía optar. En la academia me prepararon e incluso me enseñaron cómo debía estudiar una oposición y estoy segura de que fue gracias a ellos cómo conseguí mi objetivo. Sin embargo, como todos sabemos, sacarte unas oposiciones es una carrera de fondo en la que avanzas poco a poco y hay que tener paciencia. Rara es la vez en la que una persona consigue plaza la primera vez que se presenta y, aunque todo es posible, lo normal es meter la cabeza en la bolsa, ir haciendo sustituciones y ganando puntos y, al final, conseguir la plaza.

Aprendiendo por el camino

Por eso, tras presentarme a mis primeras oposiciones y aprobarlas con éxito pero sin plaza, decidí que había otros caminos para conseguir dichos puntos: la enseñanza privada. Pero claro, no es tan sencillo conseguir que un colegio privado de renombre te contrate sin ningún tipo de experiencia previa y, por eso, pensé que tal vez fuera de España, en países de habla inglesa, podría tener un plus pues soy bilingüe y eso me daría una baza para luchar por un puesto en Inglaterra, Irlanda, Escocia, Malta o cualquier otro país anglosajón.

Ahora bien, ¿sabéis la cantidad de papeleo que se tiene que hacer para convalidar en Europa tus títulos y demás documentos? Da igual que estemos todos en la comunidad europea porque todos tus títulos han de estar traducidos al idioma el país donde vas a presentarlos y sellados por un traductor jurado que verifique su autenticidad. Conté con los servicios de esta agencia de traducción en Barcelona para conseguir todos mis documentos y luego me lancé a la aventura.

Primero trabajé como profesora auxiliar de español en un centro privado de Dublín, luego conseguí mi primera clase como tutora en un colegio de Glasgow y dos años después me contrataron en un centro de educación especial en pleno Londres. Me sentí muy orgullosa de mi misma y no regresé a España hasta que tuve bastante experiencia como para que me contrataran aquí.

Al final estuve casi 10 años en la enseñanza privada y luego oposité de nuevo, basándome en lo aprendido en la academia. Recuperé mis apuntes, revisé la normativa y apliqué todo lo aprendido y… aprobé de nuevo, pero esta vez con nota y con muchos puntos de experiencia a mis espaldas. Conseguí mi objetivo, llegué a mi meta y me enriquecí mucho por el camino.

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